Cubismo

George Braque – Botella y pescados 1912
El cubismo tiene su origen en París a comienzos del siglo XX. Sus fundadores fueron Pablo Picasso y Georges Braque. París era en aquel entonces el centro de la Belle Èpoque, y a su vez tenía ambientes que tendían a la bohemia, como el sector de Montmartre, donde llegan a vivir artistas como Picasso y Apollinaire. Es en París donde se lleva a cabo la Exposición Universal y es también en esa ciudad donde surge el cine y se populariza, a través de los hermanos Lumière.
La obra que marca el comienzo del cubismo es Las Señoritas de Avignon, pintada en 1907 aunque no llegó a exponerse hasta 1916. Durante mucho tiempo esta obra solo fue conocida por las personas más cercanas a Picasso. Esta obra es una de las más importantes rupturas de la historia del arte, ya que en ella no existía la perspectiva y no había una división entre las figuras y el espacio.
Algunos consideran que el cubismo es el movimiento artístico más importante del siglo XX ya que rompió definitivamente con todas las tradiciones artísticas anteriores, de esta forma abrió paso a las vanguardias que aparecerían posteriormente.
Características del cubismo
Los cubistas siempre proclamaron que su arte era realista, nunca buscaron una representación abstracta. Se caracterizaron por ubicar todos los objetos en un mismo plano, por usar colores verdes, marrones, grises, todo lo contrario al colorido impresionista. El cubismo también se caracterizó por prescindir de la perspectiva, ya que buscaba mostrar los objetos desde diferentes puntos de vista simultáneamente.
El contexto histórico del Cubismo está intrínsecamente ligado a un periodo de transformación cultural y social. A medida que la sociedad avanzaba hacia la modernidad, los artistas buscaban representar la complejidad y la fragmentación de la realidad en sus obras.
Este movimiento no solo rompió con las convenciones artísticas establecidas, sino que también reflejó la ruptura cultural de la época.

Fernand Léger – El cruce ferroviario 1919