La pintura barroca o pintura del Barroco se caracterizó, en su conjunto, por la teatralidad y el dramatismo, la intensidad de los colores y el contraste, y los juegos de luces y sombras. Además de temáticas religiosas, se representaban paisajes, escenas cotidianas, históricas y mitológicas. Los pintores barrocos fueron artistas de un gran virtuosismo y dominio de las técnicas pictóricas, tanto al óleo como al fresco.
Este tipo de pintura fue producida en el período histórico de Occidente conocido como Barroco, que abarcó el siglo XVII y principios del XVIII. Este movimiento, inmediatamente posterior al Renacimiento, representó una transformación en los valores culturales, filosóficos y estéticos de la época, y tuvo representación en diversas formas de arte.
La pintura fue de las disciplinas más diversas y desarrolladas del Barroco. Reflejó, por una parte, los valores católicos a través de figuras como Caravaggio (1571-1610) y Peter Paul Rubens (1577-1640), y, por otra, una tendencia más realista, que respondía al gusto de la burguesía protestante y que se evidencia en las obras de Johannes Vermeer (1632-1675) y Rembrandt (1606-1669).
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