Renacimiento
Se considera a Italia la cuna de la pintura renacentista al confluir allí las nuevas técnicas (como el descubrimiento de la perspectiva) con una nueva ideología humanista. Allí se conservaban a la vista los monumentos de la Antigüedad a la que se quería hacer renacer, buscando modelos de armonía y belleza.

El Greco – Vista de Toledo 1599
La pintura renacentista abarca el período de la historia del arte europeo entre el arte de la Edad Media y el barroco. Como todo el arte del Renacimiento, la pintura de esta época está relacionada con la idea de volver a la antigüedad clásica, el impacto que tuvo el humanismo sobre artistas y sus patronos, gracias a la adquisición de nuevas sensibilidades y técnicas artísticas.
Los grandes maestros de la pintura renacentista aparecerán a finales de siglo, principios del XVI, el cinquecento: Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel. En el siglo XVI, al clasicismo del Alto Renacimiento le seguirán, en la segunda mitad del siglo, el manierismo de autores como Parmigianino o El Greco quienes, sin dejar de ser renacentistas, adoptan unas formas alargadas con cierta exageración que preludia el Barroco.

El Greco – La Verónica 1864

El Papa Julio II ordena a M. Ángel, Bramante y Rafael a construir la Basílica de San Pedro 1927
Entre 1200 y 1600, las pinturas se realizaban con diversos materiales. En el siglo XIII, las técnicas utilizadas eran el temple y el fresco, pero a finales del siglo XV, la pintura al óleo se fue imponiendo. A finales del siglo XVI, la técnica del óleo sobre lienzo, que durante el siglo XVII se convirtió en el medio pictórico más popular en Occidente, se había desarrollado en Venecia. La pintura al óleo era un medio más flexible, y las pinceladas sueltas y sugerentes de un cuadro realizado por el anciano Tiziano son completamente diferentes del fino detalle que se aprecia en una pintura al temple realizada en Venecia más de doscientos años antes.


A partir del surgimiento en Italia, se va extendiendo progresivamente por Europa en torno a 1490-1500, con mayor o menor calado, según los países. A excepción de España, el Renacimiento no dominó la estética de los demás países, debiendo considerarse como un movimiento artístico predominantemente italiano. Es cierto que en el caso de la pintura, la divulgación de sus modelos fue más fácil que en la escultura o la arquitectura, debido a la facilidad de transportar las pinturas, ahora en lienzo, o de reproducir mediante la técnica del grabado.